El 5 de diciembre de este año, fue inaugurada la exposición con más de 400 piezas sobre la desaparecida civilización Etrusca. Los responsables del Louvre-Lens conmemoran así el primer año de la sucursal del museo más importante del mundo.
la primera exposición arqueológica del Louvre-Lens es extraordinaria. Trata sobre la génesis, desarrollo, esplendor y ocaso del mundo antiguo y más específicamente en las viejas civilizaciones mediterráneas. Lens está a una hora de la Gare du Nord de París en tren de alta velocidad. Paralelamente a esta exposición en el Museo Millol, en Francia, se encuentra otra exposición sobre los aetruscos.
Actualmente, la antigua Cerveteri es una ciudad de 36.000 habitantes a 45 kilómetros de Roma sin más balizas de referencia que la semioculta necrópolis de Banditaccia, conjunto declarado como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y uno de los ejes de esta exposición de Lens . Cerveteri fue durante todo un milenio, cuna de una de las refinadas, ambiciosas y potentadas civilizaciones meditarraneas, aproximadamente entre el 1000 antes de Cristo y el siglo I de nuestra era.
La exposición Los etruscos y el Mediteráneo. La ciudad de Cerveteri, coorganizada por el Louvre-Lens y por el Palacio de Exposiciones de Roma, establece un relato ininterrumpido de 10 siglos para explicar cómo eran aquellos hombres y mujeres que se sintieron seducidos por la estética griega y que fueron conquistados y borrados de la historia por las legiones romanas.
Tumbas, santuarios, mansiones, ofrendas, guerras, lapidaciones, banquetes, vino y perfume, armas y muerte. Todo sirve en estos casi 2.000 metros cuadrados de exposición para resucitar la idiosincrasia de estos pobladores del viejo Mare Nostrum (se asentaron en lo que hoy sería la Toscana italiana), fascinados por igual ante el poderío cultural y militar de la antigua Grecia y ante las mil y una noches de Oriente.
El conjunto demuestra la furia importadora de belleza expresada por los príncipes etruscos, que lo traían todo de todas partes para demostrar al mundo que lo querían todo, porque se lo podían permitir gracias al intensivo comercio con griegos y fenicios del que se beneficiaron sobre todo desde su puerto marítimo de Pyrgi. Una de las aristocracias más potentes del Mediterráneo.
Más proclives a los héroes que a los dioses y a las leyendas y mitologías que a los rezos de reclinatorio (donde estén Ulises y Medea que se quiten los textos sagrados, parecieron querernos decir), los hijos de Cerveteri tuvieron tiempo para todo tipo de refinamientos, pero no rechazaron el olor de la sangre.
Les gustaban las ánforas repletas de vino, los jarrones ricamente decorados, los buenos ropajes y las mejores moradas, pero también les gustaba la guerra. Lapidaban a sus enemigos. Así que el conjunto de obras expuesto en Lens lo mismo abre los ojos del visitante al sobrecogedor Sarcófago de los esposos (estrella del Departamento de Antigüedades Griegas, Etruscas y Romanas del Louvre, recién restaurado por el equipo de conservadores del Louvre-Lens), a la Tumba de los cinco asientos o a las Plañideras de Cerveteri(picassianas de arriba abajo) que a capítulos como la masacre de los prisioneros foceanos empeñados en instalarse en Córcega.
Sarcófago de los esposos